Amortiguar el tiempo

Introducción

Hacía poco más de dos años que  los recursos naturales habían sido agotados por el ser humano. Cuando estos se terminaron los dioses del Olympo decidieron lanzar un mensaje con un fin indeseable para los humanos. En los últimos años antes del fin de los recursos naturales, el hombre había vivido en constante guerra. Los pocos alimentos sanos como fruta, verduras y todo tipo de vegetales escaseaba en las familias mas pobres mientras los mas ricos, con su amargada codicia compraba a estos pobres como esclavos, sirvientes e incluso para pagar deudas.

Los dioses del Olympo, cansados de los humanos están preparándose para atacar la tierra, mientas los países están demasiado ocupados para darse cuenta de lo que se les viene encima.

Los Olympos han comprado a varios humanos y les han otorgado poderes elementales y otro tipo de dones a cambio de alimentos, casa y una segura supervivencia.

Estos “superhumanos” han formado bandas y sectas, han invadido ciudades enteras y matan a todo lo que se encuentran por el camino.

Hay una leyenda, en el centro del Olympo, existe una esfera de cristal que es capaz de volver la tierra en su estado original, restaurando así la antigua vida que tenían.

Un joven,Valeos Cryne,  sin saber como, le llega la responsabilidad de salvar el planeta, intentando reunir a gente para llegar al Olympo. Para llegar a este, se dice que hay que encontrar “la llave” de la puerta del cielo. Este joven, deberá cambiar la suerte a la cual se avecina el planeta tierra. El sumo caos y la desesperación inunda el corazón humano.  Ha llevado al extremo al gobierno insostenible del mundo hasta una guerra mundial de fuerzas elementales. Y solo es el principio.

No estáis preparados para esto, afirmo, no lo estáis.

Capítulo 1: La triste realidad en la cual vivimos

Me encontraba tumbado en la arena de la playa, alguno de los únicos sitios donde la contaminación no había afectado. El agua estaba totalmente negra pero, incluso, estando contaminada olía a sal como siempre lo ha hecho. Estaba cansado, cansado de la vida, la vida rutinaria de siempre. Apenas a mis dieciséis años actuales, ya estaba trabajando en un hostal, el hostal de mi familia. El estado del mundo, hace tres años era muy diferente, el ser humano se ha comido el planeta a pasos gigante a causa de los últimos avances tecnológicos y científicos. Desde el aviso de los Olympos, los mas ricos han estado contratando sicarios y esclavizando a la gente como míseros perros. En todo caso, prefería ser esclavizado antes de que los pawns,me mataran fríamente o destruyeran la ciudad. Los pawns son conocidos como los Olympos que pactaron un tratado, del cual ellos serían sus súbditos, a cambio de protección y poderes elementales y de otro tipo. Mi ciudad, la ciudad luciérnaga esta sumergida por una tenebrosa luz del sol, que se posaba ante las nubes, creando una pequeña neblina en constante tormenta, ha recibido un aviso sobre los pawns. En seis días, entraran a la ciudad y la saquearan matando a todo lo que encuentren por el camino. Algunas familias han hecho refugios en las montañas de los alrededores, pero ellos mismos, saben, que posiblemente no sobrevivan.

Me levanté de la arena y me dirigí al hostal. Mi familia, me encontró tirado en la calle cuando yo apenas tenía un mes. Mis padres adoptivos me dieron a entender que mis padres habían desaparecido del planeta, sin dejar rastro. Realmente, no se si siguen vivos.

Sin duda, tenía que preparar a mis padres antes de la llegada de los pawns. Por suerte, debajo del hostal, había una habitación para unas cuantas personas con comida y material para sobrevivir unos dias. Con un poco de suerte, saldríamos vivos de esa. Pero entonces, eso sucedió.

Capítulo 2: El incidente en la ciudad

Escuché un fuerte estruendo fuera del hostal así que decidí salir a ver lo ocurrido. La calle estaba completamente llena de un espeso y oscuro humo que inundo mis pulmones. Empecé a toser así que me puse la manga de la mano derecha en la nariz para no inhalar humo. Dibujé un plano mental de la calle y me puse a correr en línea recta ya que, quería llegar a la plaza central donde se encuentra la iglesia. A medida que corría me tropecé con varias cosas y cansado de tropezar volví atrás para ver con lo que me había tropezado. Fruncí el ceño y me acerque al objeto que no lograba identificar. No podía creerlo, era una mujer, muerta. Una gota de sudor frío bajó por mi espalda y sentí una gran presión en mi barriga como si un boxeador me noquease. Estaba atónito y confuso, tenía que averiguar lo que había sucedido. Pensé que sería mala idea dejar a la mujer que había muerto, supuestamente por inhalación de humo en medio de la calle así que la agarre por debajo del hombro y la coloque a los pies de una casa de en frente. Volví a correr hacía la iglesia y ha medio camino pude ver a un hombre que estaba tosiendo al lado de una farola.

Me acerqué y me dispuse a preguntarle si sabía que estaba sucediendo. El hombre me miro con ojos miedosos, pegó un grito nada mas al verme y salio corriendo. “¿Porque hizo eso?” Me pregunté. Acto seguido me mire la camisa blanca y pude observar como estaba llena de sangre, que, seguramente, provenía de la mujer a la cual había apartado.

Al llegar a la iglesia, pude divisar en la fachada, una especie de silueta humana. El humo en esa zona parecía clarear un poco.

Tenía que averiguar que sucedía.

-         ¡Eh, usted!, que hace ahí arriba, es peligroso.- Dije gritando con todo el aire que me quedaba en los pulmones.

El hombre pegó un brinco hasta mi situación. ¿Como era posible que el hubiese bajado eso en apenas dos segundos y sin hacerse ni un rasguño? Puse una mano sobre el hombro del señor y este me respondió agarrándome del cuello y levantándome unos centímetros respecto al suelo.

-         ¿¡Que hace!?- Dije intentando escapar de esos fuertes dedos.

El aire me empezaba a faltar y notaba como mi cuerpo no respondía a mis ordenes.